Cómo empezar con las inversiones inmobiliarias y sacar rentabilidad

Los inmuebles son bienes de primera necesidad, y por lo tanto, siempre hay demanda. Por ese motivo las inversiones inmobiliarias son una de las inversiones más seguras que hay, siempre que se hagan las cosas bien.

Por supuesto que hay etapas en las que es más rentable y otras en las que es necesario dejar pasar un tiempo porque los precios caen. Pero si tienes un inmueble, tarde o temprano volverá a alcanzar un valor suficiente para que tu inversión haya merecido la pena.

Esto en el caso que pretendas revenderlo. Pero aún más si tu intención es tenerlo en alquiler. Si es así, tu inversión se convierte en una fuente de ingresos pasivos que sin duda te darán la estabilidad económica que deseas.

No obstante, el mercado inmobiliario es complejo, y por ello es necesario conocer bien los pasos a seguir y buscar el apoyo de profesionales que te acompañen y te asesoren. Así, definitivamente, las inversiones inmobiliarias serán una gran fuente de ingresos y podrás gozar de libertad financiera.

1. Disponer de capital para invertir

Este es el requisito principal. De hecho, supone una barrera de entrada para muchas personas. Los que tienen suficiente capital para invertir en inmuebles ya tienen media partida ganada. En caso contrario, plantearse la inversión inmobiliaria pidiendo un crédito o hipoteca puede ser arriesgado. Más cuanto mayor sea la deuda que adquieras.

No vamos a poner una cifra mínima, ya que eso requiere un análisis muy pormenorizado tanto de tu situación personal y financiera (cargas familiares, ingresos mensuales de otras fuentes, etc.) como de la zona donde vas a invertir o del tipo de inmueble que vas a adquirir.

Pero ten en cuenta que lo ideal es invertir con dinero que ya es tuyo -o al menos que puedas hacerlo con total holgura y sin complicaciones- y que no vas a necesitar en los próximos años.

Ese es el punto de partida más favorable, cuyo riesgo es menor porque no pondría en peligro tu futuro. En el peor de los casos perderías una parte de tus ahorros o dejarías de disponer de ellos por unos años, sin mayores consecuencias.

2. Comprar el inmueble

Esta es una de las partes más excitantes de las inversiones inmobiliarias. Debes delimitar bien el tipo de inmueble que te interesa y con qué objetivo lo vas a adquirir. ¿Quizás un local comercial para alquilar?, ¿tal vez un piso en el centro para revender tras hacerle una pequeña reforma?, ¿o mejor una casa recién construida cuyo precio de salida es realmente atractivo?

En la búsqueda deberás tener en cuenta un montón de factores. Si te planteas comprar un inmueble en Oviedo, te recomendamos echarle un vistazo a este artículo, donde te damos algunas ideas para que empieces con la búsqueda.

Contar con una agencia inmobiliaria que te asesore es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Si le indicas tu intención de comprar para invertir, te podrá orientar y mostrarte las casas o locales más rentables hasta dar con el definitivo.

Recuerda que al precio del inmueble deberás sumarle los gastos adicionales. Por ello, te interesa negociar con el propietario para que el importe final se ajuste a tu plan de inversión. Así que tu asesor inmobiliario debe ser un maestro de las técnicas de negociación y saber utilizar la información disponible a tu favor para sacar el mejor precio posible.

3. Obtener rentabilidad con tu inversión

Y por fin llegamos a lo mejor. Si has comprado para alquilar, será el momento de elegir el precio del alquiler, buscar a los inquilinos y firmar el contrato. Todo esto, de nuevo, será más fácil con la ayuda de una agencia inmobiliaria. Ellos se encargarán del proceso de búsqueda y de todo el papeleo. Si te echa para atrás el alquiler por el miedo a que los inquilinos no paguen, puedes leer aquí la solución que les damos a nuestros clientes para que ese riesgo desaparezca.

Si por el contrario, deseas revender el inmueble que has adquirido, tienes varias opciones.

La más interesante, posiblemente, es hacer alguna reforma para aumentar su valor. Sobre todo si compraste un inmueble en una zona céntrica que estaba muy bien de precio debido a su antigüedad. Te asombrarías de la cantidad de pisos que encontramos en estas condiciones, y de lo mucho que cambian después de poner un suelo nuevo y actualizar las ventanas, la cocina y los baños.

Puede parecer mucho trabajo, y sobre todo, una inversión adicional. Eso es algo que debes analizar junto a tu asesor inmobiliario (incluso antes de comprar el piso). Debes conocer los costes que supondría la reforma y el incremento de valor que conllevaría. En general, si hiciste una buena compra, el resultado será rentable.

Otra opción, más cómoda aún, es dejar que el piso suba de valor por el simple paso del tiempo. Por ejemplo, si compras en una etapa en la que los precios están bajos (por ejemplo, durante una crisis económica) y esperas unos años a que la situación se recupere, posiblemente ganarás. Solo necesitarás una buena dosis de paciencia y confianza.

4. Y después de vender, ¿qué?

Generalmente, a la que uno empieza con las inversiones inmobiliarias y se da cuenta de la rentabilidad que obtiene, ya no lo deja. Resulta una actividad apasionante y, sobre todo, capaz de hacer crecer tus ahorros de una forma exponencial. Cuantas más operaciones cierras, más capacidad tienes para invertir de nuevo.

Eso sí, siempre con la prudencia que exige mover estas cantidades de dinero.

Ya lo dicen, cuando uno tiene sensación de control es cuando más posibilidades tiene de tomar decisiones inadecuadas. Por eso recomendamos mantener el apoyo de tu asesor inmobiliario en cada operación de compra venta.

Por mucha experiencia que tengas, él te garantizará siempre un punto de vista objetivo y experto, que es al fin y al cabo, lo esencial para tener éxito en cualquier inversión que te plantees.

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